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Growth hacking vs marketing tradicional: ¿qué elegir?
En un mundo donde las startups crecen a velocidad récord y las PYMEs compiten por atención, elegir la estrategia adecuada de marketing puede marcar la diferencia. Dos conceptos se enfrentan a menudo: marketing tradicional y growth hacking.
Ambos tienen objetivos similares —atraer clientes y generar ventas— pero sus enfoques, herramientas y tiempos son muy distintos. En este artículo te explicamos qué los diferencia y cuándo conviene aplicar uno u otro.

¿Qué es el marketing tradicional?
El marketing tradicional es la estrategia clásica, basada en campañas planificadas, canales de comunicación conocidos y resultados que suelen medirse a mediano plazo.
Características clave:
Planificación a largo plazo.
Canales como prensa, TV, email, redes, eventos.
Segmentación de audiencias amplia.
Enfoque en marca, posicionamiento y presencia.
Es ideal para empresas que buscan construir una marca sólida, mantener una relación constante con sus clientes o llegar a públicos amplios y estables.
¿Qué es el growth hacking?
El growth hacking es un enfoque más experimental y orientado al crecimiento acelerado, nacido en el entorno startup. No se basa en grandes presupuestos, sino en creatividad, análisis de datos y pruebas rápidas.
Características clave:
Mentalidad de prueba-error.
Optimización constante basada en datos.
Uso intensivo de tecnología y automatización.
Búsqueda de crecimiento viral o exponencial.
Funciona muy bien para validar productos, lanzar MVPs, conseguir usuarios rápido o escalar sin grandes recursos.
Principales diferencias entre ambos enfoques
🔹 Objetivo principal
Marketing tradicional: busca construir una marca sólida y generar confianza a largo plazo.
Growth hacking: se enfoca en el crecimiento rápido, medible y escalable.
🔹 Recursos necesarios
Marketing tradicional: suele requerir más presupuesto, equipo y tiempo para ejecutar campañas.
Growth hacking: funciona con pocos recursos, priorizando creatividad y automatización.
🔹 Medición de resultados
Marketing tradicional: analiza resultados a mediano y largo plazo.
Growth hacking: se apoya en métricas inmediatas y análisis en tiempo real.
🔹 Canales utilizados
Marketing tradicional: se basa en medios conocidos (email, prensa, eventos, publicidad digital clásica).
Growth hacking: explora plataformas digitales emergentes, pruebas A/B, referidos y canales virales.
🔹 Enfoque de trabajo
Marketing tradicional: planifica campañas con antelación y busca consistencia.
Growth hacking: experimenta de forma continua, probando lo que funciona y descartando lo que no.
¿Cuál deberías elegir para tu proyecto?
Elige marketing tradicional si:
Tienes un producto consolidado.
Buscas reconocimiento de marca o posicionamiento.
Puedes invertir en campañas a largo plazo.
Elige growth hacking si:
Estás lanzando una startup o producto nuevo.
Necesitas crecer rápido con poco presupuesto.
Eres flexible para probar, fallar y ajustar.
En muchos casos, la mejor estrategia es una combinación de ambos. Usa el growth hacking para iniciar con fuerza, y consolida con marketing tradicional una vez validado tu negocio.
Ejemplo práctico
Una PYME puede usar growth hacking para captar sus primeros 1000 leads (con campañas en redes sociales, email viral o referidos) y luego aplicar marketing tradicional (newsletter, contenidos de valor y presencia en medios) para fidelizar.
No se trata de elegir uno solo, sino de adaptarlo a tu realidad
Más que contraponer, se trata de integrar. Si estás en una etapa temprana, empieza con estrategias rápidas y medibles. Si ya tienes estructura, refuerza tu marca con campañas planificadas.
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